La gastroenteritis es el conjunto de trastornos producidos por la inflamación de las mucosas gástrica e intestinal por diversas causas. Conózcalas y aprenda cómo actuar.
El problema más común de la gastroenteritis es la deshidratación. La gastroenteritis es una infección estomacal producida por un virus que puede generar diarrea y vómito. Este malestar se caracteriza por producir, entre otros signos, inflamación abdominal y también se conoce popularmente como “gripe estomacal”. Puede afectar a una persona o contagiarse entre varias personas al entrar en contacto con un mismo alimento.
La infección que se disemina a través de agua o alimentos contaminados debe manejarse con mucho cuidado. El principal consejo para prevenir esta contaminación, es lavarse las manos con frecuencia y los alimentos antes de consumirlos.
Los microorganismos cuando entran al cuerpo, pueden hacerlo a través de tres formas distintas, las cuales se describen a continuación: contagio de una persona a otra por contacto cercano (especialmente de hijos a padres cuando el menor posee la infección), directamente del alimento o por medio de utensilios para comer (uso compartido o falta de higiene).
De acuerdo con el Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales de los Estados Unidos, los niños menores de dos años y en edad escolar son los principales afectados por los virus de la gastroenteritis; los cuatro tipos principales son:
- El norovirus: común en niños en edad escolar.
- El rotavirus: causa principal de gastroenteritis grave en niños.
- El astrovirus: no suele ser grave, sin embargo en algunos casos causa deshidratación.
- El adenovirus entérico: causa de gastroenteritis aguda en menores de dos años.
De cada uno de estos virus, los síntomas suelen ser comunes entre ellos y por lo general abarcan: dolor abdominal, diarrea, náuseas y vómitos, escalofríos, fiebre, mala alimentación, pérdida de peso, rigidez articular o dolor muscular.
Sin embargo, letargo o coma que es señal de deshidratación grave, boca seca o pegajosa, hipotensión arterial, ausencia de lágrimas, ojos hundidos o ausencia de orina, son aquellos signos que pueden indicar a su médico el tratamiento a seguir.
Cabe resaltar que la gastroenteritis causada por virus, evoluciona más rápido que aquella producida por bacterias. El vómito y la diarrea cesan entre dos y sietes días después.